Con la guerra de Malvinas como telón de fondo, y un barco enorme como locación casi única, Los Ojos del Abismo crea una atmósfera de tensión asfixiante desde el primer momento. Inteligentemente desarrollada, con una iluminación suprema, nos va sumergiendo en la historia a un ritmo pausado pero con golpes contundentes. Primero, asistimos al abordaje de un grupo de militares británicos que están 'buscando algo'. Y de a poco, empezamos a entender qué es lo que está pasando...
Concebida a lo largo de unos 15 años, como nos contaban los guionistas en la avant premiere, conceptualmente fue mutando y se decidió sobre el final contar la historia que vimos. Convincente desde el vamos, visualmente seductora y con una heroína que nada tiene que envidiarle a la Ripley de Aliens (James Cameron, 1986), en una primera instancia me llevó a Virus (John Bruno, 1999) y su devastación en alta mar, pero después la historia toma una curva y se sostiene con contundencia. Saludo a las historias que se pueden contar en contextos tan caros a nuestros sentimientos nacionales, y logra que por un ratito nos sintamos orgullosos. Y asustados, claro.
Lo que me gustó: por supuesto, el homenaje a Queen, y su reciente paso por Argentina un año antes (1981). El protagónico de Verónica Intile es superior: intimida, conmueve, emociona. La música, minimalista y super funcional. La cinematografía en general, soberbia.
Lo que no me gustó: la única escena donde hay cgi: innecesaria y me sacó por completo de clima. Por suerte dura poco.
Nota al margen: antes del estreno, el equipo y el director hicieron mucho hincapié en el valor de esta puesta, con el apoyo del INCAA, y lo que está ocurriendo en nuestro país. Palabras valientes en un recinto sagrado. Aplaudo de pie estos pequeños milagros.
★★★★
