Un slasher ambientado en la Argentina en los '80? Estoy!
Protagonizada (y producida) por Magui Bravi, esta peli aborda un costado bastante infrecuente en el terror argento: el slasher puro y duro. Hace hincapié en las hotlines pre-internet, en los tiempos donde eran una auténtica industria del entretenimiento adulto, y los strip clubs. Pocos personajes, pocas locaciones, pues no necesita más: la historia va al hueso con los elementos que tiene al alcance. Un misterioso asesino que graba sus crímenes -remite de inmediato a Tesis (Alejandro Amenabar, 1996) y a 8mm (Joel Schumacher, 1999), una presencia así es sumamente bienvenida en el género.
Los personajes secundarios son sólidos y están bien escritos: Demián Salomón siempre es un 10 -muy buena química con Magui Bravi-, y María Eugenia Rigón brilla en el rol de la amiga 'jugada'.
Lo que me gustó: nació una nueva final girl! Bravo. La música, el vestuario, todo nos traslada al Buenos Aires hiperhinflacionario.
Lo que no me gustó: Puerto Madero! Es bien de los '90, me sacó del clima. Es un detalle, ya lo sé, pero no lo pude aguantar...
★★★★
