Un excelente folk horror como hacía rato que no se ve desde Midsommar (Ari Aster, 2019), al menos. La historia nos presenta a Shoo, una cuidadora que recibe una solicitud en un pueblito remoto para hacerse cargo de una señora mayor bastante perturbada. Muy pronto las cosas se empiezan a complicar cuando sobrevuela la sombra de unos seres sobrenaturales, los "Na Sídhe", que amenzan tanto a la protagonista como a su cuidada. Para rematarla, habrá muchas sorpresas sobre quien es quien en la historia...y en el pueblo.
Una mixtura bellísima en la mejor tradición de The Wicker Man (Robin Hardy, 1973) y la atmósfera peligrosa de Antichrist (Lars Von Trier, 2009), por lo que nos toparemos con paisajes divinos, pero es un lugar ajeno, y los forasteros no son bienvenidos...
Lo que me gustó: El sonido acompaña fuerte, las actuaciones -especialmente la anciana- son lo de lo mejor. El folcklore irlandés es más rico de lo que me imaginaba. La música, un punto fuerte.
Lo que no me gustó: Se explora poco la fuente de los males, y visualmente me quedé con ganas de ver un poco más de aquél pueblo.
"Na Sídhe" es una expresión en irlandés para referirse a los habitantes sobrenaturales de los sidhe (túmulos o colinas sagradas), que son seres mitológicos de la tradición gaélica, comparables a las hadas o elfos. En el folclore irlandés, los Na Sídhe a menudo representan una realidad paralela, son vistos como habitantes del Otro Mundo que pueden interactuar con el mundo humano y a veces son asociados con el secuestro de niños o el intercambio de bebés.
